domingo, 13 de junio de 2010

En el rincón de la soledad, una alma en pena vaga por el prado de la desolación. Causas: desengaño, infidelidad, nadie le ama.
Mira a su alrededor, los trenes pasan pero no puede levantarse, la pena le ha dejado marchitado, todo lo que más amaba, ya no existe. Perdió debajo de un puente su inocencia, perdió delante de una cama su esperanza, vio como la persona a quien más amaba florecía delante de otro/a que le daba todo ese amor que no podía.
Los niños lloraban. No tenían pena por esa alma sí no por qué ya no tendrían a ambos para cuidar de sus vidas. Nunca serían los mismos.

En otro lado del planeta, una mujer grita. La sangre recorre las piernas de lo que había sido una gran mujer. Su vestido añil queda manchado de lujuria, de maltrato. La hija mira desolada, llora, en un último acto antes de que su padre la mate, reza, recurre a la religión para salir de si misma. Finalmente un grito estridente recorre la sala, y ella cae moribunda al suelo. Él con los pecados recorriendo su cabeza corre hacia las vías donde el tren de las dos y cuarto rompe su miseria y sus pecados.

Miremos ahora hacia India, una niña de unos doce años, camina descalza por el Barrio Rojo, va al burdel dónde nació. El vestido que lleva se lo hizo su abuela a los 9 años, aún lo conserva más le vale. Va a dejar que su infancia muera en manos de un adulto que no tiene presente el delito que esta cometiendo. Un delito social. La niña primero llorará, la pegarán, volverá a llorar y volverá a ser castigada, pero a la tercera vez callará y con 18 años su primer hijo tendrá. Su hermano mayor se hará camello y morirá a los 16 años de tanta droga consumida.




Vaya mierda de sociedad mundial! La globalización solo existe en los países que el gobierno decide!




SkAGyrl.

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