jueves, 29 de julio de 2010

Sabanas viejas

Camino por la calle, un viejo abrigo de cuero cubre mi piel morena, un cinturón que ciñe por la cintura cae desatado al lado de dos anchos bolsillos, unos pantalones pitillo viejos y unas viejas botas acorde con una camiseta en la que se puede ver una chica sacando la lengua y mostrando su perfecto pirsing.
Las gotas de lluvia caen por mi piel, nada lisa llena de puntos negros. Ando sin paraguas nadie sospecha: es una mujer triste. Un suspiro gélido llena mi boca, cae fino sobre el amargo suelo lleno de mentiras. Sus cuerpos pasean perfectos por la calle, altos vestidos negros de hilo con repunto blanco, tacones que las elevan al cielo, unos perfectos ojos verdes y una cabellera rubia cayendo al lado de su perfecto cuello el cual es cubierto por un pañuelo de seda color miel. Su mirada me hace bajar de la tierra al infierno, sus curvas y sus vientres planos dignos de admirar me hacen arder, mi corazón late a cien es el alma lo que quema el cerebro.
Poco a poco voy añorando esas tardes en las que nada importaba y todo era igual, el color de la piel, el tamaño, tardes en el parvulario en el que todos jugábamos juntos pero ahora todas luchan por quitarte lo que más quieres o por robarte el alma con un soplo de aire.
Me gustaría poder comprar una sonrisa, para poder mostrarla siempre que mi corazón llore, poder ser feliz aún que en mi interior todo sea negro, oscuro, lóbrego. Tener el alma de colores poder vivir la vida a todo color, rojo, amarillo, verde, rosa.

Una celda a mi alrededor sus barrotes son echos con los brazos de los maniquíes infernales de las tiendas, sus paredes con sus torsos, rasos sin ningún bulto, con un pequeño busto. Todos sus ojos me atan las manos, sus sonrisas son mi propia tortura. Su movimiento hace que mi corazón empequeñezca, caen silbando canciones de amor que mis tímpanos repelen.
Delante de mi una rosa negra, tan imperfecta como su color, a medida que mi corazón llora uno de sus pétalos cae al suelo irremediablemente cada vez que cae suena una vieja balada rock. Still loving you...
Finalmente una vieja amiga, el alma ella que había estado desaparecida durante tiempo vuelve a mí y con su fuerza consigue romper esos barrotes que me encierran.

El sol brilla en mi mirada un campo de amapolas me rodea, las suaves espigas rodean mi cuerpo forman un círculo, en el fondo suena la música de mi corazón y al son del rock consigo marchar a duras penas de mi cárcel infernal.

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