sábado, 18 de diciembre de 2010

Sigue


Y caminas por la calle buscando un sitio donde refugiarte de todas las miradas, un sitio donde sentirte completamente tú. No quieres más que tranquilidad, pero la vida te premia con dudas y problemas, no sabes donde mirar, tu vida esta perdida y sin rumbo alguno. Te refugias debajo de un porche de madera, a tu lado buscas una persona para poder salir del agujero en el que te encuentras, pero solo encuentras soledad. En las grandes pantallas de la ciudad retumban los nombres de aquellos que más ama todo el mundo. Con rabia y impotencia, lloras, caes al suelo rendido como una muñeca de trapo, tus ropas se ensucian y aquello con lo que habías soñado se desvanece, todo queda allá en la eternidad. Los sueños caen como meteoritos que rasguñan tu piel,y te dejan magullada hasta que tus gritos se ahogan en un pozo. Tus sollozos para salir no los oye nadie, eres alguien olvidado en el mundo. Nadie quiere seguirte, nadie quiere saber quién eres. Simplemente no existes. Y por mucho que intentas avanzar hay algo a tu alrededor que te oprime, y no te deja, y ves como todos van hacia delante y encuentran su momento, su vida, tu quedas atada a lo que no podrás desatarte nunca más. Eres preso de tus propios pensamientos, y de tus propios sueños. Las cadenas están atadas a tus extremidades y tu boca esta sellada con el silencio de la impunidad. Cegada te has quedado al ver los crímenes de la humanidad, y sin oído al escuchar los gritos de aquellos que más necesitan tu ayuda. Intentas no llorar, pero todo se convierte en el viene y va de esta puta sociedad.

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