lunes, 26 de diciembre de 2011

Carta al pasado


                                                                                                          26 de enero de 2011
                                                                                                                      Algún lugar.

Querido pasado,

Aún recuerdo esos momentos alentadores en los que juntos conocíamos personas agradables y que nos hacían reír con chistes estúpidos, recuerdo esos besos a escondidas de los amigos, también recuerdo esos conciertos de música Oi! en los cuales yo me llegué a abrir el labio y la cabeza en varias ocasiones. No puedo evitar recordar el pedazo de mi mente que quedó olvidado en algún cajón, ¿te acuerdas de cuando soñaba en encontrar un príncipe azul? Cegada por miles de cuentos Hollywoodienses y princesas Disney soñaba yo con encontrar un príncipito. Al principio pareció que aunque mi baja autoestima no acompañaba a nuestra vida encontramos algún que otro príncipe, y eso que el se avergonzaba de ti en público, y tubo dudas de estar contigo. Pero bueno. Luego lloramos como estúpidas jurando y poniendo al Rock por testigo que no caeríamos en manos de otro imbécil... ¡Ja! Quién nos vio y quién nos ve, una semana tardamos en caer en manos de un Skinhead, con su cabeza rapada, su cara de mala hostia y esos besos apasionados no pudimos luchar contra lo natural. Al principio nos perdimos entre caricias y besos bajo las sabanas que dejaban iluminar toda una ciudad, luego con miedo de volver a tropezar empezamos a tener problemas alrededor, y a cambiar las miras del sistema por otras de más agresivas, corriendo bajo lo establecido, rompiendo la ley, con ganas de hacernos una cresta, cogiendo nuestras primeras borracheras, el amor nos cegó. Era un amor loco pero perfecto, la fiesta era nuestra bandera y el punk nuestro himno, nuestra casa la noche, y nuestra patria la cerveza. Pero junto a nuestras botas caímos en manos de comunistas malhechores que nos corrompieron las mentes y nos hicieron enfrentarnos, empezaron los gritos, los sollozos, las peleas y sobre todo los celos. Nos mataron, nos hicieron perder el conocimiento, peleábamos cada día por asuntos banales y absurdos mientras veíamos como nuestras vidas se escapaban de nosotros calada a calada. Y al fin y al cabo acabamos llorando como siempre, por intentar amar aquellos que no debíamos. Suerte que encontré en esa época turbia un rock-ángel de la guarda, con un aspecto semejante al mío y con quién compartí momentos super agradables, quién me guió y me levantó aunque había caído muy abajo. Des de entonces estuve irreconocible, con mis ansias de comerme el mundo cuando ni tan sólo lo conozco, corriendo arriba y abajo abusando del dicho Carpe Diem, sin duda alguna los epicuros renegarían de mi. Anduvimos buscando un lugar en el mundo sin darnos cuenta de que ya lo teníamos, pero que no lo apreciábamos, hicimos burradas, y nos perdimos con demasiada facilidad, el dolor nos hacía débiles por dentro, y no tuvimos otro remedio que hacer una coraza con pedazos de roca para que por fuera no pareciéramos lo que realmente sentíamos, dolor, opresión, debilidad, sed de venganza, rabia... Una multitud de cosas que sin duda alguna no mostramos al exterior. Y con todo eso conocimos a una de las personas que más trastornaron nuestro mundo, aunque el lenguaje era poco comprensible para ambos aún viniendo de la misma matriz, volvimos a creer en esos príncipes Disney que dimos por perdidos, esas mañanas oyendo su coche y viendo su sonrisa que nos trasladaba a un mundo paralelo. Pero como siempre mi suerte me perdió, mi mente se enajenó y nos volvió a hacer daño.

Queridos presente y futuro, no sé si estoy preparada para amar, me estáis dando armas suficientes aún así tengo miedo, mucho miedo, aunque no lo mostraré estoy aterrada de todo, yo no sé si soy capaz de hacerlo bien, ni tan sólo creo que me lo merezca, y no estoy preparada para volver a sufrir eso seguro. Tengo miedo a lo que pueda pasar, quizás por eso me muestro mezquina y ruda siempre. Pero realmente aunque en algunos aspectos mi vida ha sido realmente buena, no voy a quejarme de todo para parecer un puto emo, veo mi vida muy rara, no diré oscura, porqué seria mentira, simplemente lo veo raro, lo veo des de un mal punto. Me gustaría ser una chica Pin Up capaz de llevar unos taconazos, unos pantalones altos, y camisetas escotadas, lindos vestidos, pero mi inseguridad y la comodidad me hacen un traje a medida y no me veo capaz de dar el cambio. Tengo miedo. No sé cómo cambiar, espero que el tiempo me de seguridad y fortaleza para llegar a ser lo que realmente quiero.



Atentamente, alguien que un día supo quién fue.

2 comentarios:

  1. Desde bien pequeñitos nuestros ojos observan aquellas películas de Disney en las que te hacen creer que bonito puede ser este mundo que todos conocemos. Todos sabemos que esto puede parecer imposible.
    Conforme te haces mayor esta idea se aleja, te das cuenta de lo que es real, o simple imaginación.
    Pero en realidad, creer en este mundo paralelo al nuestro, donde todo es perfecto, todo es bello, principitos azules, castillos de chocolate, princesas en la cima de una torre, el amor verdadero entre otros, puede sonar imposible.
    Es mas fácil de lo que uno cree, tener fe en que en nuestra imaginación todo esto algún día existirá, es simplemente creértelo.
    Seguro que alguna vez pensaste que estabas allí, y sin darte cuenta volviste ha estar aquí, con todos lo seres vivos.
    No desesperes nunca, no pienses que eso fue simples recuerdos de la infancia que algún día existieron.
    Cuando menos te lo esperas, vuelves estar allá sin darte cuenta. Ese principito vuelve a estar a tu lado, dándote apoyo en lo bueno y en lo malo, haciéndote vivir que vuelves a creer en aquello que veías imposible resurgir de las cenizas, que tú dejaste arder en tu interior, pensando que no volverían a florecer.
    Tu aspecto exterior no volverá a cambiar, por que es así como uno se siente, lo que si cambiará es la persona por dentro, en la intimidad.
    Solo aquellos que realmente te conocen saben como eres, como te disfrazas día a día para no recibir más dolor del que ya recibiste.
    Pero en tu interior alguien ha sabido rebuscar en ti, y encontrar lo mejor de ti, la que te remarca sobre otros, la que te hace diferente, la que por su interior corre el espíritu de la música, la voz que todos querríamos tener al cantar, la que ha conseguido que otra persona vuelva a creer en este mundo paralelo que a todos nos gusta creer. Solo alguien como tu consigue tal meta, a veces imposible de alcanzar.

    ResponderEliminar

¡Gracias por comentar! Siempre es un placer conocer las opiniones de los demás.